domingo, 24 de octubre de 2010

AUTORRETRATO


Hay ejercicios que me gustan más o menos. Este no me gusta nada. Admiro la capacidad de escribir de los buenos escritores. No me gustan las películas de terror. Odio a los vampiros de colmillos puntiagudos y a los que chupan la sangre sin tenerlos. Tengo un orden desordenado. Mi casa es acogedora y agradable, por lo menos eso dicen mis amigos y los que llaman a la puerta. Me levanto con el convencimiento de que me queda todavía mucho por hacer. Me gustaría morirme sin sentirlo. Me gustan los rompecabezas. Me sorprendió aquel hombre haciendo punto en la familia con la que conviví en Cambridge. No tengo complejos. Por pisar fuerte me he llevado muchos pisotones. Me gustaría romper muchas copas en los brindis. Reconozco que soy un patoso bailando. Me gustan los puzles y crucigramas. Nunca entendí que muchas obligaciones obliguen a tanto. Me gusta el canto de los pájaros y olor de las flores. De todas las metas que me he propuesto me conformaría con lograr al menos una. De pequeño tenía siempre la convicción que nunca me haría mayor. A veces pienso en voz alta para convencerme a mí mismo que lo que digo no es tan tonto. Conozco algunas personas anónimas que deberían dejar de serlo. Me molestan los ruidos. Quiero acabar demasiado pronto mis escritos. No le doy tiempo al tiempo. El tiempo es el paso de la vida. Conocí a una chica que me duró poco, suele ocurrir con las cosas bellas. Miro la piscina de casa en espera del verano. Las paradas de autobuses me recuerdan rostros blanquecinos de cansancio, Soy optimista. Tengo pocos pero buenos amigos. Me gusta el azul marino. No aguanto los zapatos mal colocados. No soy optimista ni pesimista, en eso soy agnóstico. Pienso luego existo aunque a veces no merezca la pena profundizar en muchas cosas. Nunca he entendido por qué dos más dos son cuatro. Mi mujer es la única que me entiende y me soporta más de una hora. Debe quererme mucho. Siempre que escribo creo que la historia es mía, de mi propia cosecha sin detenerme a pensar si alguien se me ha adelantado. No importa la escribo y voy a por otra. Cuando alguien me llama de usted creo que me estoy haciendo viejo. Soy malísimo para recordar caras nuevas por lo que a veces doy la impresión de ser desconsiderado. Cuando no tengo más que escribir pongo Fin y se acabó.

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